Un estudio elaborado por Deloitte recientemente, pone de manifiesto que la “seguridad” es (junto con “transformación digital”) el concepto que más inquieta a las pymes en esta “nueva normalidad“. Y la seguridad siempre ha sido el principal valor de los tornos de control de acceso, que solo permiten la entrada a personas autorizadas.
Recordamos los tipos de control de acceso:
- Por forma de « trabajar »:
- Controles de acceso autónomos/offline: No necesitan conectarse a red. Su única función es abrir el torno mediante su relé cuando la persona se identifica. Registran el horario de entrada y salida
- Controles de acceso a tiempo real/online: Además de abrir el torno y registrar el horario de entrada y salida de los empleados, éste sistema tiene toda la información a tiempo real y visualziado en un Pc (software). Estos sistemas han de conectarse a una red Ethernet o Wifi, para que esa información pueda visualizarse en el software instalado en el ordenador.
- Por método identificativo:
- Huella dactilar: El lector identifica y permite el acceso a las instalaciones en base a una serie de puntos biométricos de la huella del empleado.
- Reconocimiento facial: El lector identifica a la persona en base a parámetros biométricos de su rostro.
- Tarjetas: Tarjetas RFID, que no requieren de contacto para ser leídas y por eso se llaman “tarjetas de proximidad o contacless”.
- Contraseña o PIN: Terminales con teclado donde se ha de introducir una contraseña para acceder.
El medio más seguro e higiénico para acceder a las empresas, el control de acceso mediante un torno.
La Guía de medidas preventivas que las empresas debían adoptar frente al COVID-19, elaborada en Abril por la CEOE, incluyó entre las medidas “organizativas y técnicas” la de controlar el acceso de entradas. Ante una “nueva normalidad” tan poco normal y hasta que se descubra una vacuna, todas esas medidas propuestas por la patronal mantienen su vigencia y son de sentido común. Si antes los controles de acceso se vinculaban sobre todo a proteger la empresa de visitas indeseables o a registrar la jornada, ahora se trata, además, de agilizar el paso de unos empleados que van a verse sometidos en las horas punta a aplicarse el hidroalcohol, tomas de temperatura y otros procesos que producirán atascos en los accesos.
Para elegir el sistema más adecuado a las nuevas necesidades, tanto en los controles autónomos como en red, debemos fijarnos en dos cuyo método identificativo excluya el contacto físico con el lector:
- Reconocimiento facial: Son controles de acceso para tornos trípode, de la mayor seguridad porque evitan la posibilidad de que un empleado fiche por otro al tratar datos biométricos únicos de cada individuo y solo hay que situarse frente a la pantalla para acceder, si el sistema tiene guardada la correspondiente autorización.
- Tarjeta de proximidad Rfid. Se recomendaban por motivos de higiene para talleres y centros de trabajo cuyos empleados llevaran las manos manchadas, y no pudieran plantar su huella dactilar en el lector. Ahora son oportunos en todos los casos.
Para la instalación de un torno de control de acceso, EvoAccess dispone de técnicos y una importante red de Distribuidores, además de asesorar telefónicamente sobre que producto es el indicado para su instalación.